Mujer no es igual a madre
A propósito de la muy cercana celebración del “día de las madres”, me surgió la necesidad de externar mis disgustos e incomodidades en torno al tema. Y sí, sé que muy probablemente a pocos o a nadie les interese mi opinión, pero seguramente sucederá lo contrario con aquellos datos que a ésta acompañan.
Y es que me causa grandes conflictos el hecho de que, únicamente, por costumbre e imposición social sea celebrada la ya mencionada facha a pesar de que se tengan pocos – o nulos – motivos para continuar con la tradición, y esto bien lo refuerzan las estadísticas que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) a nivel nacional, donde se abordan algunas de las múltiples problemáticas que afectan a la sociedad.
Como primer ejemplo puede señalarse que sólo dentro del estado de Veracruz el porcentaje de nacimientos registrados en madres adolescentes, menores de 20 años, es de un 18.7%, nivel bastante alto si se compara con el 22% presentado en Coahuila, el estado con el índice más elevado.
Además de esta problemática de embarazos en mujeres sumamente jóvenes, debe sumársele el hecho de que las condiciones salubres que el estado ofrece no son las mejores ni las más optimas, puesto que, según la estadística sobre el porcentaje de población usuaria de servicios de salud en instituciones de seguridad social únicamente ha aumentado un absurdo 0.3% del censo de 2010 al de 2015, con un porcentaje global de 36.8% a nivel nacional.
Como bien puede notarse, un problema desencadena otro y esta “bola de nieve” no para de crecer. Centrando la atención nuevamente en Veracruz, resulta un menester mencionar que, para agravar aún más los problemas señalados, el antiguo gobernador del estado, Javier Duarte, dio un “empujoncito” al estado, haciendo algunas modificaciones al artículo 4° de la constitución de la entidad, en el cual se señala que a partir del mes de agosto del pasado año comenzó a penalizarse el aborto dentro del territorio veracruzano, a capricho del señor y sus antiguas comisiones legislativas. Sí, en el siglo XXI aún es prohibido y castigado legalmente el aborto.
Si bien esto no resulta noticia de última hora sigue siendo alarmante, ya que al marcar esta prohibición, claramente se violentan los derechos básicos de la mujer, como el derecho a decidir y ejercer libremente sobre su cuerpo al verse obligada a continuar con un embarazo, obviamente, no deseado. Mujer no es igual a madre.
También se le niega la posibilidad de una vida digna a las jóvenes madres y sus hijos pues, como ya se ha señalado, las condiciones que el estado debería proporcionar en cuanto a salud, educación y estabilidad económica son insuficientes y lamentables, sin dejar de lado el hecho de que el número de muertes causadas por practicar el aborto en clandestinidad ha aumentado, y las autoridades, hablaré solo de las estatales, hacen caso omiso respecto al problema.
En fin, es por todas estas razones que considero no hay motivos de peso para continuar celebrando el “día de las madres” si nos plateamos en un escenario real y nos alejamos de esa discursividad de compraventa de falsos afectos y eventuales muestras de agradecimiento a “la madre”.